sábado, 12 de julio de 2014

CALIDAD DE VIDA URBANA : Enfoque demográfico, de salud pública y de comunicación



Por: Luz Marina Alonso Palacio




En pasados días  cuando me dirigí a una de las estaciones de los municipios del departamento del Atlántico, rumbo a una visita de una institución educativa,  con dificultad pude ver una par de amigos bajando  del autobús. Traté de comunicarme con ellos pero bajaron disparados, y se dirigieron en direcciones opuestas y con afanes distintos. Intenté llamarlos pero el humo que emanaba de los automóviles me borró la visión y   un auto que pasaba cercano me salpicó el vestido con unas gotas de agua que provenían de un charco. Esta escena no es extraña para nadie, vivimos en un mundo donde nos caracteriza y nos homogeniza la rapidez, la superficialidad, el afán, la improvisación,  el no reconocimiento a las culturas, la presencia de los tugurios, la falta de mantenimiento vial,  las invasiones, el cinturón de indigencia invisibilizado, y en general  problemas con conectividad y movilidad.
Las situaciones descritas se encierran en algunas palabras que muchos mencionamos “el lio de vivir en la ciudad”. Ante esto se están generando esfuerzos por el trabajo a favor de la calidad de vida y la calidad de vida urbana, entendida como condiciones de la población generadas a partir de actuaciones y dinámicas de transformación del espacio urbano inducidos por actores públicos, privados y  la sociedad civil. El término  de CV se viene debatiendo desde la década del setenta asociándose a conceptos de bienestar social,  satisfacción de necesidades, accesibilidad a los servicios de salud y algunos investigadores también lo han asociado a felicidad. En  el lenguaje  cotidiano suele confundirse con condiciones de vida, standard de vida, nivel de vida, bienestar y estilo de vida.
De acuerdo a lo planteado por Semenco en un encuentro de geógrafos de América Latina realizado en Puerto Rico,  la consideración del concepto de calidad de vida urbana se ha convertido en una definición compleja por el conjunto de elementos, factores y relaciones que conforman la realidad urbana de hoy. Estas consideraciones fueron aproximando el término calidad de vida urbana a la identificación de las necesidades humanas, su satisfacción y a los bienes y servicios así como la disponibilidad de alimentos, vestidos, entornos habitacionales adecuados, servicios públicos y sociales, conectividad, movilidad, se precisa que  el hombre puede satisfacer sus necesidades de manera individual o colectiva.
Se ha definido por consenso de profesionales que  la calidad de vida urbana como el grado de bienestar individual y en grupo, determinado por la satisfacción de necesidades fundamentales de la población urbana, haciendo uso de los recursos o satisfactores disponibles en el  medio urbano, entendiendo que para lograrlo es necesario disponer de un ordenamiento articulado entre el ambiente y el colectivo.  Esta preocupación también ha sido señalada en recientes encuentros  de distintas profesiones (Encuentro XIV de geógrafos, 2013).  Delgado de Bravo y E. Méndez, destacan definiciones y caracterizaciones en relación  al logro por el requerimiento de ordenamiento articulado de los lugares, ven   la importancia del ordenamiento territorial como un proceso planificado por parte del Estado, de naturaleza sociopolítica y administrativa, que se plantea el análisis de la estructura y dinámica socio-territorial, con la finalidad de promover, controlar y administrar la ocupación y uso del territorio, la localización de actividades, asentamientos y servicios, en armonía con los recursos y condiciones naturales, para prevenir los efectos adversos que provocan las actividades de la población a través de la instrumentación de estrategias y políticas  que favorezcan la calidad de vida urbana.
Las definiciones sobre calidad de vida urbana  comprenden: bienestar, felicidad, medio ambiente, pero  vale recalcar todo el trabajo realizado a nivel internacional y en América Latina por el aporte epistemológico del concepto de calidad  de vida y la creación de  indicadores entre otros: Vivienda y entorno, salud y medio ambiente, condiciones socioculturales, ambientes de negocios, condiciones laborales, conectividad y movilidad. El problema urbano son dimensiones subrayadas en los informes de la CEPAL  del 2013 cuando  enfatiza el trabajo de espacio, tiempo y convivencia. Aquí en relación al espacio y convivencia la calidad de vida urbana tiene mucho que aportar.
En nuestras comunidades tal como se ha mencionado son múltiples los factores que afectan la calidad de vida urbana:  insuficiencia de servicios públicos, mala disposición  de residuos  sólidos y desperdicios,  el problema con la producción limpia, falta de cumplimiento de normas relacionadas con la salud de los trabajadores,  el cúmulo de automóviles que transitan por las calles con incipientes controles de los efectos contaminantes para la salud de los individuos, la presencia de muchas construcciones en terrenos inestables, la continuidad de los sistemas de vigilancia de contaminantes de la ciudad y  la falta de control para conservar los árboles, falta de zonas verdes que ha sido expresado por la misma comunidad de la ciudad de Barranquilla en investigaciones previas donde han trabajado equipos de investigadores de Uninorte y citadas en la referencia  y en general el incipiente trabajo de universidad sociedad y ambiente del cual la autora de esta nota ha reflexionado por casi dos décadas, a esto se le suma la necesidad de sistematizar mayores indicadores de impacto.  Con respecto a estas situaciones nos preguntamos ¿Cuál es la dinámica de algunos factores desde el punto de vista demográfico, de salud pública y de comunicación que podrían afectar la calidad de vida urbana?  

Movimiento demográfico urbano y calidad de vida urbana
Para ninguno es desconocido el auge, proliferación y crecimiento demográfico urbano durante las últimas décadas Según el Boletín demográfico de 1970 al 2025 , del informe de la  CEPAL, por el análisis del comportamiento de los datos se puede observar estos cambios:  En 1970 la población total de América Latina ascendió en  miles a 276.572, de lo cual el 56.5% era urbano,  se proyecta a 2015 en 626.148, de lo cual el 80,8% es urbano y para el 2025 se proyecta a 691.756 habitantes en América Latina de lo cual  el 82.8 es urbano.
Para el caso de Colombia para 1938 aproximadamente un 31% de habitantes vivían en cabeceras municipales, el resto en área urbana, para 1951, 1964, 1973 y 1985 los porcentajes respectivos de personas que vivían en cabeceras  municipales son 38.6%, 56.3%, 59.2% y 65% respectivamente, es notario que se duplicó la cifra de la tercera década del siglo  en la década del 80 (DANE, Estadísticas Sociales, 1994).  En Colombia según la CEPAL para el 2000 se contaba con un 74,5% población urbana, en el 2005,  76,6%, en el 2010 un 78,4%, actualmente en Colombia para el 2014 hay  aproximadamente un 80% de habitantes en zonas urbanas y se proyecta para el 2025 un 82,5%.
El comentado  factor de urbanización,  combinado con otros factores demográficos de salud reproductiva como las tasas de fecundidad, diferenciales de fecundidad, edad al casarse, edad de inicio de relaciones sexuales;  igual otros indicadores como expectativa de vida diferencial por localidades, bono demográfico, tasas de dependencia, tasas de desempleo, tasas de actividad económica a lo que se suma indicadores de desarrollo humano, el estudio de cifras y diferencias de porcentajes por localidades, país, entre países, incluyendo índices más sintéticos como el de Gini y otras mediciones como la Expectativa de vida por localidades, todo indica que hay distintos factores demográficos  que afectan la calidad de vida y no se pueden ignorar al momento de las políticas públicas, y si el foco es mirar el comportamiento de las ciudades la brecha que deja los diferenciales demográficos,  se hace aun mayor.


Salud pública y calidad de vida urbana
La salud pública considerada como el esfuerzo organizado y colectivo para proteger la salud como un derecho individual, colectivo (Ministerio de Salud y Protección Social), dentro de sus funciones tiene algunas muy importantes como es la vigilancia en salud pública, la promoción de la salud, por lo que las ciencias del mercadeo y relacionadas con la salud, ambiente, ingenierías entre otras,  deben tomar espacio para el trabajo en los espacios urbanos para proveer a la ciudad de lugares adecuados, productos adecuados de acuerdo a las necesidades y clasificaciones de riesgo urbano, momentos adecuados y en general todas las denominadas letras “p”. Esto haría una hábitat urbano más saludable, que aporten a disminuir indicadores de mortalidad externa entre otros. Revivir las distintas cartas y conferencias que propenden por espacios urbanos saludables es algo que no se debe olvidar en las agendas del gobierno pero de una manera continua y sistemática, que contribuya con continuos registros de información  para acentuar la vigilancia y  permitan una comunicación oportuna con los habitantes de la ciudad para el control de problemas de salud pública, disminución de inequidades manifestadas en informes de la OMS  y UN-HABITAT y sobre todo  la promoción de estilos de vida y el trabajo de la sociedad civil, no solo del gobierno por optimizar las condiciones de vida, en general la continua interacción por el trabajo de los indicadores proximales y distales. La OMS en fechas específicas para el trabajo por la salud urbana y teniendo en cuenta que las ciudades también ofrecen oportunidades.(comunicado de prensa 7 de abril 2010), invita a  trabajar por:
  • el fomento de una planificación urbana que favorezca los comportamientos saludables y la seguridad;
  • la mejora de las condiciones de vida en las ciudades;
  • la participación ciudadana en la acción de gobierno;
  • la ordenación urbana que no excluya a ningún grupo y esté adaptada a las necesidades de los ancianos;
  • el aumento de la capacidad de recuperación de las ciudades tras los desastres y emergencias.
 


Comunicación en la ciudad y calidad de vida urbana:

Es necesario trabajar  a favor de indicadores que hagan visibles todas las características locales de la ciudad. El trabajo por una ciudad comunicable con el que nos visita y transita por ella, que nos referencie sin dificultad el encuentro de los centros de salud, hospitales en sus distintos niveles, supermercados saludables,  ubicación de farmacias, ubicación de zonas verdes y de recreación clasificadas por zonas activas de ejercicios con apoyo del gobierno.
Otros aspectos que son importantes destacar es la reflexión y trabajo continuo en las  áreas públicas los problemas que afectan la calidad de vida por ejemplo "estar sentado o estar de pie" en un parque ¿que implica para el habitante de la ciudad? ¿Qué implica los estereotipos por diversidad sexual en los espacios públicos?.,¿ Qué implica para una persona clasificada con el síndrome metabólico las oportunidades en la ciudad?,  esto por citar algunos.

Necesidad de trabajar los problemas que afectan la calidad de vida urbana
Es real que se puede trabajar en muchas controles a través de la educación que va desde el hogar hasta  la comunidad, los tomadores de decisiones, tales como buen tratamiento de desperdicios caseros, de desperdicios industriales,  disminución de ruido, reciclaje, respeto al otro, derecho al cumplimiento de las normas, vigilancia en salud pública, empoderamiento para luchas por conservar y respetar el espacio público como corredores cívicos de acceso y de facilidad para el caminante con diferenciales de funcionalidad, ordenamiento de sitios de ventas ambulantes, derecho a acceso de alimentación sana, lugares exentos  de atracos y de otras actividades que van en detrimento del peatón. Al perderse la escala humana  el vehículo ocupa las zonas comunitarias y gradualmente estas calles se vinculan al proceso de decadencia por falta de interés público, de mantenimiento y por cultivarse como zonas de riesgos.
De otra parte encontramos otros factores como los sociales e institucionales tales como: el desempleo generado en parte por la actitud de las mismas personas a que si no encuentran un empleo asalariado, tampoco luchan por realizar trabajos productivos independiente, el no acceso por parte de muchos miembros de las comunidades a los servicios de salud,  factores de inseguridad, la proliferación de procedimientos legales  inseguros explotados por personas que se aprovechan de la ignorancia de la gente que muchas veces después de adquirir un terreno son  desplazadas por no cumplir con todos los requisitos legales, el tráfico de automóviles crece, cada día vemos un vehículo automotor que se adiciona al parque automotor de la ciudad; el incremento de viviendas en malas condiciones “jaulas para conejos” o casas cajones o lotes con servicios, y   barrios desordenados, que inciden en riesgos de accidentalidad y mortalidad.
Toda esa maraña de factores desgasta la calidad de vida.- Ante estos problemas es necesario que se confronten nuestras comunidades y evaluar  la situación de las condiciones urbanas, para buscar soluciones, pero las mismas deben ser producto de un consenso que se genere por una gestión urbana que unifique los esfuerzos y recursos, no perdiendo de vista el desarrollo sustentable, es decir que dignifique los indicadores de la economía verde.  De esto ya hay experiencias mostradas en conferencias de investigadores y rectores internacionales de la OPS que han presentado casos de  estudios de estados específicos donde se  trabaja información que atiende la calidad de vida urbana  mostrando indicadores locales que diferencian las zonas y llamando la atención a los tomadores de decisiones para que las intervenciones sean diferentes y sobre todo aportando a los desafíos globales de la humanidad.

Soluciones perentorias una realidad 

Es perentorio continuar y priorizar estas acciones que contribuyan al mejoramiento de calidad de vida urbana teniendo en cuenta lo local que al final impacta lo global,  tales como establecimiento de diagnósticos que detecten problemas urbanos, falta de viviendas, ordenación territorial y énfasis en la educación ambiental dependiendo de realidades locales, todo esto liderado por el Estado y obviamente con la participación civil que es creativa y tiene potencial.
El problema no es fácil de solucionar, Stevenson R para la década del 90 en su compendio sobre apuntes de vivienda y desarrollo urbano, anota como el problema de vivienda se ha mantenido insoluble aun en países desarrollados, con altos niveles de vida y con más avanzada tecnología, que han sido impotentes ante tan complejo desafío. Sin lugar a dudas planear el habitat  es un reto, aún  menos, planear otros problemas que implican calidad de vida urbana, dado que influyen muchos factores físicos, administrativos, económicos (empresas comprometidas), enmarcados en una cobertura urbana de movilidad considerable sujeta a cambios bruscos y propios de la localidad.
Teniendo en cuenta todo lo anotado  y mirando aún más allá el problema no sólo se reduce a buscar soluciones sino también a buscar simultáneamente los mejores indicadores para toma de decisiones, esto no significa que los mismos por sí sólo son lo suficientemente predictivos, ni que generen  por sí solos soluciones, se constituyen en una herramienta más para el trabajo. Considero oportuno reflexionar ¿ hasta qué punto los indicadores urbanos que se aplican o deseen aplicar son o serían   efectivos medidores de resultado sino se observa los panoramas diferenciales por regiones o segmentos poblacionales? ¿Hasta qué punto sería productivo tener los indicadores sin soporte legal?. Hay todo un reto por construir indicadores y  mayores retos por generar procesos que incluyan la parte legal para el logro óptimo de estos. Muchos países con niveles altos de calidad de vida   han  agotado   políticas de planificación urbana, sin embargo hoy se pone en tela de juicio el concepto de calidad de vida urbana. Lograr una calidad de vida urbana  no es tarea fácil pero debe ser reto de ahora y después.
Para tener en cuenta
 De acuerdo a lo planteado se sugiere lo siguiente:
Ser racional en el uso de recursos, actualmente en Barranquilla, debido a la limitación con la disponibilidad de agua se van a establecer unas tarifas para las personas que consuman más de lo esperado. Meditar sobre  sus acciones que van en detrimento de esta calidad de vida por ejemplo la tala de árboles, ya existen estudios que muestran correlaciones entre tala de árboles y presencia de mayores índices de enfermedad. Unir esfuerzos en conjunto con la sociedad civil utilizando las TICS, preservar espacio público, diseño de vivienda en escala humana, planes viales, parqueaderos suficientes, planificar la forma de recolección y depósito de desechos no reciclables, y no olvidar el elemento de comunicación de la ciudad lo ideal es tener  ciudades legibles. Generar microempresas que sean  proyectos públicos que generan beneficios. Visualizar los problemas de acuerdo a los requerimientos de la población afectada no desconociendo sus percepciones e ideas. Dinamizar todo el conocimiento adquirido en liderazgo, participación de ciudadana, autogestión y otros. Trabajar conjuntamente para consolidar líneas de investigación que se dirijan a detectar problemas de calidad urbana y que permitan aprovechar la sociedad civil.



Bibliografía consultada
Carreto Bernal F. XIV Encuentro de geógrafos de América Latina. Lima Perú del 8-11 de abril de 2013. Investigaciones Geográficas, 2013; Boletín 81, p 164-166
Saad P, Miller T, Martínez C, Holz M.  Juventud y bono demográfico en Iberoamérica. Documento de la CEPAL  <http://www.cepal.org/cgi-bin/getProd.asp?xml=/celade/noticias/documentosdetrabajo/2/37142/P37142.xml&xsl=/celade/tpl/p38f.xsl&base=/celade/tpl/top-bottom_nta.xslt>
OMS. La planificación urbana es esencial para la salud pública < http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2010/urban_health_20100407/es/>

Goycoolea R,  Nuñez P.Ciudades armoniosas de un hábitat. Nuevas perspectivas para el entendimiento de la habitabilidad básica. Boletín de la R.S.G. CXLV, 2009 p 163-182

CEPAL. Informe sobre Panorama Social de América Latina,  2013 < http://www.asocamerlat.org/CEPAL_PanoramaSocial2013_AmericaLatina_diciembre2013.pdf>

Alonso L, Penuela M, Palacio J, Rojas M. La participación comunitaria/ciudadana  y su relación con el desarrollo urbano sostenible http://www.uninorte.edu.co/documents/72553/acc35baa-dcbc-4db9-86f0-924af0248270

Alonso LM. Universidad, sociedad y ambiente. Salud Uninorte, 2000; (15): 36-39

VII Encuentro de geógrafos 1999 “Formas de Integración Regional y Hemisférica  en América América Latina: La Agenda Geográfica del Siglo XXI” < http://observatoriogeograficoamericalatina.org.mx/egal7/Ensenanzadelageografia/Investigacionydesarrolloeducativo/03.pdf>




jueves, 10 de julio de 2014

SALUD Y ENFERMEDAD MENTAL: Un reto para los comunicadores.



Por: Luz Marina  Alonso P.
Diseño Gráfico: Andrea Vargas (libertad y encadenamiento)

Thomas Szasz argumenta en la Introducción de su reconocida obra “Ideología y enfermedad mental” que  “Entre las muchas tonterías que dijo Rousseau, una de las más tontas y famosas es esta: < El hombre nace libre, y sin embargo, está encadenado por doquier>. Esta sentencia presuntuosa impide percibir claramente la naturaleza de la libertad; porque si la libertad es la capacidad para poder elegir sin imposiciones, el hombre nace encadenado. Y el desafío que plantea la vida es la liberación”1

Según el autor arriba citado, hoy, particularmente en el mundo occidental, casi todas las dificultades y problemas de la vida se consideran afecciones psiquiátricas, y casi todas las personas (salvo las que hacen el diagnóstico) están mentalmente enfermas. La moderna ideología psiquiátrica es una adaptación, según Szasz de la ideología tradicional de la teología cristiana. “En lugar de nacer pecador, el hombre nace enfermo. En lugar de ser la vida un valle de lágrimas, es un valle de enfermedades”.

Esta ideología que con la tecnificación actual y el gran desarrollo de los medios de comunicación, se adentra en los asuntos personales, sociales y políticos, es una característica prevaleciente de la moderna era burocrática. Desde hace algunas décadas, tanto en Colombia como en la mayoría de países occidentales, con altas tasas de criminalidad, pobreza, consumo de sustancias psicoactivas, desigualdad socioeconómica, discrimen de todo tipo y sobre todo de desesperanza existencial, se han venido desarrollando campañas publicitarias sobre educación en salud mental, “tal vez en un esfuerzo tendiente a atraer a personas desprevenidas para convertirlas en clientes de los servicios de salud mental comunitaria”.

Es en este punto, donde comienza la responsabilidad humana y social de los comunicadores y de los medios de comunicación, debido a la gran influencia que ellos tienen sobre los conglomerados humanos y sobre los individuos en particular.  Se debe alejar a la enfermedad mental de la crónica de sucesos noticiosos, rompiendo así el falso vínculo  violencia-enfermedad mental, ya que una conducta violenta no puede justificarse sólo a causa de una enfermedad mental. A este respecto es frecuente oír  o leer noticias tales como: “ En un estado de locura NN asesinó a su compañera consensual”. Debemos entender que las personas con enfermedad mental tienen la misma probabilidad de cometer un acto delictivo que cualquier otra.

Igualmente el comunicador debe saber que los enfermos mentales, con tratamiento psiquiátrico y un entorno social y familiar adecuados, pueden vivir en la sociedad sin que esto suponga un riesgo para nadie. No se debe prejuzgar ni relegar la causa de un acto violento o delictivo a una enfermedad mental porque muy pocas veces se informan solo de una sola causa “que probablemente explica” la conducta de este tipo.

No se debe omitir información relevante para entender el hecho, por falta de tiempo o espacio, pues se puede dar una visión sesgada que fomente y mantenga prejuicios, de hecho es importante la preparación científica del comunicador al elaborar la noticia.  Si trabajamos para la inclusión y no a los estereotipos y prejuicios comunique con cuidado y no pierda el sentido de justicia al comunicar.

No se debe estigmatizar a las personas con enfermedad mental con el uso incorrecto de palabras que las definen, ya que las personas, sanas o enfermas, son ante todo personas. En muchos casos, la circunstancia de la enfermedad mental no es relevante para la información, y entonces no hay necesidad de citarla. Si hay que hacerlo, debe evitarse etiquetar con diagnósticos o palabras populares a quienes padecen alguna enfermedad mental.  No es infrecuente ver en noticiarios de televisión desde la  escena de un crimen  que quien informa sobre el hecho identifica al victimario como loco o esquizofrénico, sin tener los elementos de juicio suficientes para poner tales etiquetas.
Debemos recordar que el límite entre enfermedad y salud mental no es un límite claro ni bien definido y los criterios para designar a una persona como sana o enferma van variando  según los distintos enfoques teóricos a lo largo del tiempo. Hoy mismo, por ejemplo, hay un gran abismo en la clasificación de los trastornos mentales, desde la gran aportación de Kraepelin, el psiquiatra alemán del siglo 19 y el actual Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales (DSM 5) de la Asociación Psiquiátrica Americana, publicado en 20132

Ese “abismo” clasificatorio, diagnóstico y conceptual, es comprensible si entendemos que la patología se construye en la interacción social y que el contexto socio histórico es la tierra fértil en donde se originan y clasifican algunos patrones conductuales como signos de enfermedad.
Es por todo lo anterior que el comunicador social en cualquier campo pero especialmente en el referente a la salud y enfermedad mental debe entender que : <la comunicación no es solo un intercambio entre individuos, sino un proceso de construcción del imaginario social y de la identidad colectiva, o lo que es lo mismo, la creación del “conjunto de creencias compartidas por una sociedad que implican una visión de sí misma como “nosotros”, es decir, una auto representación de “nosotros mismos” como estos y no otros”3 .   

Finalmente se anota que el comunicador no debe tener una visión reduccionista de la salud mental, que se centra casi exclusivamente en los factores biológicos individuales. Cada conglomerado cultural tiene sus propias manifestaciones tanto de la salud como de la enfermedad mental. La “locura” y sus manifestaciones no son iguales en la costa que en el interior de Colombia.

Referencias
   1. Thomas S. Szasz. Ideología y Enfermedad mental (1970). Amorrourto editores.
    S.A, Icalma 2001 Buenos Aires.
   2. Diagnostic and Statistical Manual ofMental Disorders, Fifth Edition. Arlington
   VA, American Psychiatric Association, 2013.
  3. Cabrera.D (2010) Imaginario social, comunicación e identidad colectiva.
                                  [http://www.escuelasistemica.com.ar/publicaciones/artículos/10/pdf]

viernes, 20 de junio de 2014

El espíritu, la vida y la historia natural y social de las redes en salud

Diseño gráfico: Andrea Vargas Alonso



Las redes hoy en día son conexiones que nos facilitan el trabajo, cumplimiento de metas pero sobre todo el trabajo con las universidades-sociedades-ambiente que ha estado en mora, pero que hoy  esta triada, ya es elemento de reflexión por académicos y funcionarios de distintas instituciones comprometidos con el cambio. Si vemos el componente universidad-sociedad-ambiente y lo que esperamos del mismo “que se encuentre en un estado ambicioso e ideal que se acerque al equilibrio”, observamos que  a través del tiempo cuando revisamos noticia, investigaciones científicas, blog de docentes que resaltan situaciones nada deseables en nuestras sociedades que afectan ambiente y salud,  vemos que esa relación de ese deber ser, se rompe afectando el espíritu de conciencia ambiental, y la vida de todas las especies por los signos y síntomas de morbilidad entrando a una segunda etapa de desequilibrio.
En esta segunda etapa de afectación como en toda situación de la historia natural y social del proceso salud enfermedad, nuestra triada se ha descompensado por la carencia de trabajo de instituciones en comunión de las universidades centros de saber y nuestro olvidado ambiente, para muestra un botón lo que comentan estudiosos del ambiente como lo expresado en el blog de nuestro docente C. Velásquez.  En esta segunda etapa, existen  alternativas para  el control temprano, tenemos la creación  de  redes con base en las TIC que  constituyen  una de las herramientas de cooperación que le permitirá a la Universidad a través de la reflexión, intercambio de ideas de mejores prácticas, de compartir de innovaciones, convertirse en instituciones con el espíritu de la ardilla, el don del ganso, y con estilo de castor, además flexibles que responde a las necesidades de la población, rápidez en la generación de modelos de la historia natural y social de nuevas enfermedades, todo enriquecido por  la discusión académica, descentralizada e interconectada lo que favorece la creación de una cultura más diversa y con un propósito de relaciones equitativas contruidas en la transparencia  y validada con el suministro de respuestas coherentes a la sociedad.
En este sentido somos conscientes de participar activamente en redes y para estos últimos 10 años  en Barranquilla (Colombia) se ha trabajado con constancia y perseverencia en la red internacional colaborativa de salud pública y en el último lustro la red de empatía. La primera con sede central en Fresno California y la segunda con sede central en la universidad de San Sebastián Chile.   Igualmente se creó la red de salud ocupacional cuya historia se encuentra publicada en el reciente volumen  de la revista salud uninorte (II Vol 2014). El problema no se limita  solo a que existan o no las redes,  sino a darle vida y con buen espíritu, para lo cual todos los que pertenecemos a la red debemos dar lo mejor,  pensando en la salud poblacional desde el sentido  de la capacidad de ponerse en el zapato del otro hasta el sentido de cómo acordar, como compartir nuestros perfiles de morbi-mortalidad pero también experiencias exitosas en salud que puedan ser replicadas. 

Es así como en la primera teleconferencia  realizada en el 2013 sobre la Tuberculosis compartieron países como RD, Colombia, Fresno California temáticas tales como: Tuberculosis y trabajos en ciencias básicas, indicadores de TBC y tendencias en Barranquilla entre otros.  Y recientemente la segunda se compartieron temas : TICs Y dengue, AIEPI, trabajo en promoción con grupos étnicos en Costa Rica, problemas de salud pública en Uganda, tendencia de salud pública en California , experiencias temprana de estudiantes en promoción que impactan la salud pública entre otros.

La red colaborativa de salud pública se encuentra discutiendo las nuevas temática del próximo año centrada en la interculturalidad,y como todo proceso siempre están en un constante compartir entre los nodos, esto no para. 

La idea es que veamos la red y un poco de su análisis y contrucción  bajo este modelo “ la historia natural y social de las redes”. Y que seamos conscientes  que la perspectiva que debemos manejar,- es lo que se esperaría de manera analógica con la historia natural y social de la salud-.  Aquí debemos ver el crecimiento de las red dentro de este modelo de una manera progresiva  y positiva  que en la tercera etapa en vez de muerte o rehabilitación sea  de éxitos, de mostrar que allí se pusó el corazón de todos  el compromiso y compartir de la  mejor experiencia de trabajo de la red con frutos  a bajo costo entre países y movilización y de aportes a políticas pública.